Drogas...

Comenzo como con todas las drogas.
Te contaron de ella pero no los creiste, aun consumiendose por doquier, incluso de dos en dos, no siendo siempre de la mejor calidad.
Y es en los peores momentos cuando la cabeza humana decide recurrir a este tipo de trucos.
Y ya todo estaba demasiado perdido como para decir que no. Buscaste la mejor dosis. La probaste y el experimento fue mas que maravilloso. Felicidad, euforia, ganas de todo menos de dormir, arranques de risa y ausencia de miedos. Sentiste que serias capaz de pasar horas, dias e incluso meses en ese estado de extasis.
No se vendia y no se compraba. Te llegaba.
Repetiste en pequeñas dosis hasta que ya no sabias andar, dormir, escribir e icluso hablar sin sus efectos.
Mierda!
Te habias enganchado a aquello del amor...